( Autor : Profesor Mario Valverde López )
Con el proceso de transculturación que se inició con la llegada del europeo a América, nos llega el milenario juego del ajedrez y que en ese entonces sirvió para que los conquistadores se entretuvieran en sus ratos de ocio en aquel ambiente agreste de exótica naturaleza americana.
Entre los territorios que más despertaron la ambición del español, estuvo el del Imperio de los Incas en la América del Sur y cuya conquista la comandó Francisco Pizarro mientras el líder de los incas lo fue su monarca Atahualpa y es a ese hecho histórico al que haremos referencia en este trabajo.
La historia de Atahualpa y su cautiverio es harto conocida, pero existe un momento de la misma en que la leyenda y la tradición se confunden con el hecho histórico de los últimos momentos del Monarca Inca. Es esta tradición la que nos dice que ante noble cautivo, sus guardianes jugaban al ajedrez y que éste, de tanto verlos aprendió a jugarlo en su cautiverio de Cajamarca. Parece ser, entonces, que el último tramo de la vida de Atahualpa como prisionero estuvo marcado por el tablero.
Varios fueron los conquistadores que se reunían a jugar ajedrez en presencia de Atahualpa. Ahí estuvieron Hernando de Soto, Juan de Roda, Francisco de Chaves, Blas de Atienzu y el Tesorero de la expedición que se llamaba Riquelme. Diariamente se reunían en Cajamarca, en las piezas que desde el 15 de noviembre de 1532 servían de prisión a Atahualpa, quien para no aburrirse permanecía muy cerca de los españoles pero principalmente sentado al lado de su protector y amigo Hernando de Soto. Más lo imprevisto sucedió un día…cualquiera del cautiverio.
Riquelme jugaba contra Soto y estaba por ganar la partida y cuando Soto quiso mover su caballo, Atahualpa tomó su brazo y le dijo: “¡No, Capitán, no…!, ¡El Castillo, el Castillo!” Soto ganó la partida al final y después de este suceso, ambos españoles, Soto y Riquelme invitaban a Atahualpa a jugar, pero generalmente este rehusaba hacerlo porque decía que jugaba muy poquito y cuando lo hacía, parece que su respuesta preferida a la movida 1.e4 era 1…f5¡? dando origen al gambito que lleva su nombre.
¿Es entonces el Gambito de Atahualpa, la primera apertura de ajedrez americano? Es aquí donde la historia no nos dice nada, solo la tradición…
La misma tradición nos hace creer que aquel desliz que tuvo Atahualpa cuando Soto y Riquelme jugaban, le costó la vida, pues en el famoso Concejo de los 24 jueces convocado por Francisco Pizarro para juzgarlo, se le impuso la pena de muerte con trece votos a favor y once en contra. ¿Fue Riquelme uno de los trece en aquel nefasto día del 29 de agosto de 1533? No se sabe con certeza, se especula que tomó revancha. Lo cierto es que Atahualpa murió pero su gambito perdura hasta el presente.
El Gambito de Atahualpa es considerado como una de las formas más extrañas, ilógica y antiortodoxa jugada de oposición al peón de rey blanco; es como jugar un Gambito de Rey con dos tiempos de menos y que algunos han llamado con el nombre de “Gambito de los Imbéciles”. Lo cierto es que en los libros de teoría sobre aperturas ni por asomo aparece esta línea cuyos cimientos más bien se sustentan en estudios caseros de aquellos que lo practican. Por lo general se utiliza en partidas de ajedrez postal y a pesar de las agrias críticas que recibe, habrá que analizarlo detenidamente a la luz de varias partidas; si el segundo jugador persiste en la idea original de este gambito, no actuará en desventaja, pues las blancas no lograrían objetivos valederos y la duda del enroque se acrecienta cuando el blanco encuentra que los dos flancos son vulnerables por parte del negro.
Miremos el siguiente ejemplo:
1.e4 f5?! 2.exf5 h5!! 3.d4 Cf6 4.c4 d5 5.Ad3 dxc4 6.Da4+ Cc6
En esta posición quién asegura que el negro está mal o que el blanco se encuentra posicionalmente superior. Quien opine lo contrario se equivoca, pues el peón de “f5” blanco está débil y caerá de inmediato; lo mismo sucede con el peón de “d4” blanco.
¿Qué el blanco no jugó bien? Erróneo, ya que la lógica movilización de los peones centrales en busca de ganar el centro para ubicar luego los caballos y los alfiles en diagonales abiertas, así lo pide. Si el blanco toma el peón de f5 el negro se liberaría pronto con e6 o e5. Se puede observar que a la jugada 6.Da4+ el negro también puede responder 6…c6 y si 7.Dc4 Af5 y si 8.Af5 Da5+.
En conclusión, ¿el Gambito de Atahualpa fue producto de una jugada irracional del monarca Inca o no lo fue? Queda entonces la interrogante para aquellos estudiosos de la historia del ajedrez en América, dilucidar la verdad histórica. Como segunda conclusión es que no existen antecedentes históricos y esto lo hace más interesante.
Ahora veamos a las principales líneas del Gambito de Atahualpa.
El dia de hoy lo pusimos en nuestra lista de blogs que seguimos, ademas publicamos sus notas en nuestra columna de noticias.
ResponderEliminarSaludos desde Mexico
Abed Munoz
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