¿Qué tienen en común el ajedrez y el Tai Chi?
Posiblemente, pocas cosas. Y precisamente por eso, ¿Puede alguien que ha sido campeón de ajedrez de Estados Unidos ser después campeón del mundo de Tai Chi?
Esta aparente paradoja es la que guía el libro de Josh Waitzkin, el joven norteamericano que inspiró la película “Buscado a Bobby Fischer” y en el que a través de poco más de trescientas páginas comparte con el lector los principios que le llevaron a ser un número uno en ambas disciplinas.
El “viaje en busca de la excelencia” que Waitzkin emprende cuando descubre, con seis años, una asombrosa facilidad para combatir en el tablero, es una magnífica descripción de las estrategias utilizadas para superar las propias limitaciones, identificar las ajenas y adquirir una superioridad técnica diferenciada que le permitió al autor no ser el mejor ni el ajedrez ni en las artes marciales, sino en el arte de aprender.
Un entorno familiar en el que la exigencia por los resultados no tiene más peso que el cultivo del cariño, o la relación con maestros altamente cualificados que a pesar de sus diferentes estilos tienen en común una actitud generosa y madura hacia el alumno, son los cimientos sobre los que se desarrolla un formidable proceso continuado de mejora en el deporte de élite.
La humildad para reconocer las carencias y obtener enseñanzas de las derrotas y los errores, una enorme capacidad de autoanálisis, el cultivo de competencias clave como la concentración y la tolerancia a la tensión, y una dedicación al trabajo y al estudio muy intensas y optimizadas hasta el límite, son las características que explican niveles estos extraordinarios niveles de desempeño.
Este proceso de aprendizaje, aplicado a la alta competición, está al alcance del resto de personas, pero no está exento de sacrificio. No es especialmente difícil destacar en cualquier actividad. Lo desacostumbrado es mantener el listón arriba, y para eso es preciso cultivar la fortaleza física y mental.
Este original libro, cuyos últimos capítulos son es tan emocionantes que parece que estuviéramos asistiendo en vivo a una final, nos permite con un lenguaje desacostumbradamente introspectivo y conceptual, lejos de lugares comunes, conocer cómo es posible enfocar los procesos de aprendizaje para alcanzar rendimientos excepcionales.
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