"YO ACUSO"
Por Rudolf Spielmann
"Ilustre CAMPEÓN DEL MUNDO, Dr. Alekhine:
Por Rudolf Spielmann
"Ilustre CAMPEÓN DEL MUNDO, Dr. Alekhine:
Usted se sorprenderá mucho, señor CAMPEÓN DEL MUNDO, de mi descaro, que no tiene moderación ni ante las gradas de su trono. Sin embargo, "YO ACUSO". Naturalmente que no a su juego genial, por el cual, como entusiasta del ajedrez, estoy altamente maravillado. No. Mi acusación no se refiere al CAMPEÓN DEL MUNDO, doctor Alekhine, sino al colega doctor Alekhine. Porque, no obstante sus manifiestos prodigios ajedrecísticos, nosotros somos todavía sus colegas de profesión, de los cuales, al fin y al cabo, hasta usted tiene necesidad para sus proezas inmortales.
Un proverbio dice: "LA RIQUEZA ES UN CUCHILLO PRECIOSO, PERO QUE ES NECESARIO USARLO PARA CORTAR PAN Y NO PARA HERIR". Sus antecesores: Steinitz, Lasker, Capablanca, han tenido fe en este proverbio y han solicitado en los "Torneos Magistrales" las mejores condiciones generales para todos. Usted no querrá ofenderse si yo examino con qué fines usted ha usado sus cortantes armas de CAMPEÓN DEL MUNDO.Trate de comprender que en mí no habla la envidia. Yo sería el último en oponerme a su derecho, conquistado con fatiga. En todos, las colaboraciones más elevadas son recompensadas de un modo particular: ¿Por qué no debe ser así también en ajedrez?
Usted, sin embargo, tanto en San Remo en 1930, como en Bled en 1931, además del honorario extraordinario, ha impuesto condiciones especiales y con esto ha eliminado "prácticamente" a Capablanca de estos torneos. Naturalmente, usted no lo ha eliminado directamente, pero ha escogido un procedimiento mucho más oculto, que no cambia con esto en nada la esencia de las cosas, procedimiento que yo, como experto, quiero examinar. ¿Debe Capablanca expiar, así, tan duramente, su victoria de Nueva York, 1927?
Pero olvidemos el pasado, ya sepulto, y ocupémonos mejor de su colega Nimzowitsch, que debería ser, después de usted y Capablanca, el maestro más cotizado de la actualidad. ¿No parece extraño el hecho de que él no haya obtenido una invitación para el Torneo de Londres, ni para ahora el de Berna? Por lo menos habría sido fácil para usted establecer las condiciones para su invitación. Como laureado en leyes, le será ciertamente conocido el "dolus eventualis".
No basta. Hasta yo, pobre ajedrecista, parece que me he transformado en un concurrente "indeseable". No de otro modo se puede explicar mi brusco alejamiento de Berna, ya que desde hace dos meses he dejado de recibir, regularmente, las invitaciones, y éstas eran de un modo no del todo espontáneo.
El Comité de Berna decidió, evidentemente después de su tardía adhesión, que un maestro internacional se convirtiera en "supernumerario".
MIS PARABIENES POR SU EXTRAORDINARIA INFLUENCIA. ¿Qué potencia del mundo, fuera de la del CAMPEÓN DEL MUNDO, hubiera podido impedir a la Federación Suiza de Ajedrez, el invitar siete, en vez de seis maestros internacionales? El equipo suizo habría estado fuertemente representado con nueve hombres, lo que habría sido suficiente, para su representación.
Así que, mi querido CAMPEÓN DEL MUNDO, evite en lo sucesivo a sus adversarios, que así podrá obtener todavía grandes triunfos, debido a la DESVALORIZACIÓN DEL MUNDO AJEDRECÍSTICO; deponga, por lo tanto, el bastón de mando, de lo contrario deberé repetirle la palabra bíblica del profeta Oseas, referida por San Marcos: "QUIEN SIEMBRA VIENTOS, COSECHA TEMPESTADES".
La medida está colmada. De una a otra parte del océano, álzanse engrosando, airadas voces de protesta contra la DICTADURA DEL CAMPEÓN DEL MUNDO."
Firmado, Rudolf Spielmann.
Spielmann falleció en Suecia en 1942, pero su profecía se cumplió plenamente. Alekhine sólo recogió tempestades tras la segunda guerra mundial, que se materializaron en el llamado "Comité de Londres", formado durante el Torneo de la "Victoria" de 1946 donde participaron representantes de las potencias vencedoras y fue marginado por juzgársele antisemita.
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